Alonso Quijano. Así tuvo a bien una noble familia poner de nombre a aquel hombre enjuto, con más pellejo que carne, desprovisto de más bienes que el recuerdo de su linaje y que, al resguardo de miradas indiscretas, en algún lugar de La Mancha, devoraba las jornadas en compañía de sus amados libros de caballería. Este hidalgo de triste figura se entregaba a la lectura con tanta pasión que acabó por cruzar el plano que separa la ficción de la realidad, al menos, la realidad que somos capaces de percibir en lo que entendemos por cordura.
Nube de Etiquetas
Actividades Complementarias Actividades Extraescolares Alumnado AMPA Biblioteca Ciencias naturales Ciencias Sociales D.A.C.E. Departamentos Dirección Educación Física Erasmus+ eTwinning Francés Inglés Jefatura Estudios Música Noticias Planes y Programas Prensa Programa Forma Joven Proyectos de Innovación Secretaría Tecnología TIC